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«Lo más importante de una empresa son las personas y, para que puedan involucrarse, tienen que estar saludables, en un ámbito en el que se vean acogidas y así poder aportar capacidades y conocimiento». Son palabras de José María Peiro, catedrático de Psicología Social de las Organizaciones en la Universitat de Valencia, este jueves, en la jornada ‘Salud Mental en el Trabajo’ que ha inaugurado la Secretaria de Estado de Economía Social, Amparo Merino. Una de las grandes preocupaciones de nuestra época y «una cuestión prioritaria que el Gobierno ha conseguido trasladar a la acción política», señaló Merino en un encuentro en el que se ha hablado del «riesgo psicosocial» (depresión, ansiedad, soledad… ) asociado a la desigualdad laboral, los bajos salarios o el descontrol de los horarios.
Con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en plena defensa de la reducción de la jornada laboral como paso para acabar con la «lacra» de las horas extraordinarias sin remunerar en el país y con la jornada parcial involuntaria, el encuentro abordó la salud mental como clave en el bienestar de los empleados y parte de la estrategia de las organizaciones. La Secretaria de Estado de Economía Social aludió a «maniobras laborales» que provocan «inestabilidad e incertidumbre» en el empleo y, también, a la «compleja conciliación entre la vida personal, laboral y familiar».
170.000 depresiones
En el acto -celebrado en el Auditorio Por Talento Digital de Fundación ONCE de Madrid y organizado por Estudio de Comunicación en colaboración con la Fundación San Prudencio-, Merino se refirió al reciente ‘Informe Presme’, un estudio global pionero impulsado por el Gobierno y coordinado por una comisión de personas expertas, sobre el impacto de la precariedad laboral en la salud mental en España. El trabajo advierte sobre los ámbitos que se deben reforzar. Y aporta un dato potentísimo: solventando esa precariedad se evitarían más de 170.000 casos de depresión en España (datos registrados en 2020).
Amparo Merino aludió a los empleados más vulnerables, como migrantes precarizados, quienes trabajan en servicios en plataformas digitales o la población activa con discapacidad y aportó otro porcentaje escalofriante: los problemas de salud mental entre los jóvenes se han multiplicado por seis en una década por culpa de la precariedad, según el último informe del Consejo de la Juventud y Oxfam Intermón.
Intervenir antes
«Hay muchos tipos de empresas y no se puede generalizar», indicó en su intervención por videollamada José María Peiro, catedrático de Psicología Social de las Organizaciones en la Universitat de Valencia cuando se le interpeló si las compañías tienen en cuenta la salud mental de sus empleados.
«Lo mas importante de una empresa son las personas y para que puedan involucrarse tienen que estar saludables, sanas»
José María Peiro
— Catedrático de Psicología Social
«Pero lo más importante de una empresa son las personas y para que puedan involucrarse tienen que estar saludables, sanas. Una empresa es un proyecto colectivo e importante» y, tras la pandemia, señaló Peiro, se ha visto un incremento del interés por atender la salud mental de sus trabajadores. Importantísimo, reseñó, la prevención antes de que esos trabajadores lleguen a «situaciones problemáticas» -que no son enfermedades mentales, especificó- como estar quemado, padecer estados depresivos o vivir con ansiedad. Ante las bajas, hay que facilitar la reincorporación al trabajo para la «posterior reinserción».
Salud laboral
Tras el catedrático de Psicología Social intervino en el acto Mariano Sanz, secretario confederal de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental de CCOO, quien avanzó que el sindicato mantendrá esta misma tarde un encuentro, en el marco de la mesa de diálogo social, para abordar la actualización de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Una normativa que, dijo, se debe «modernizar», ya que se ha quedado obsoleta en algunos aspectos. A la hora de abordar, por ejemplo, los riesgos de carácter psicosocial.
El 40% de los accidentes mortales que ocurren en España están relacionados con problemas básicos de prevención como son caídas en altura, golpes con objetos móviles o atrapamientos, señaló. Y aportó otro porcentaje inquietante: en torno 40% de accidentes está vinculado a riesgos de carácter cardiovascular que tienen que ver con las condiciones de trabajo. La modificación de la Ley de prevención de Riesgos Laborales, concluyó, pasa por aspectos primordiales como los recursos preventivos de los que deben disponer todas las empresas; contemplar el género como determinante y abordar la transición digital.