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Tras la Ley Bases, Javier Milei pide calmar la pelea interna, define el rol de Sturzenegger y se enfoca en el Pacto de Mayo

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«Ni relanzamiento ni cambios en el Gabinete: no tenemos que detenernos, hay que aprovechar este envión para avanzar con la gestión y en el Pacto de Mayo». Javier Milei vuelve del G7 en Italia y la Cumbre por la Paz en Ucrania con la premisa de capitalizar la mejor semana desde que asumió y, según confían desde su entorno, quiere que tras la aprobación de la Ley Bases su gobierno «no pierda el tiempo en problemas de los políticos».

Por eso, la idea del Presidente es sepultar la ola de rumores sobre nuevas salidas del Gabinete que no cesó desde el despido de Nicolás Posse y que involucró a más de la mitad de sus ministros: Sandra Pettovello (Capital Humano), Mariano Cúneo Libarona (Justicia), Diana Mondino (Cancillería), Mario Russo (Salud) y Javier Herrera Bravo (Legal y Técnica).

Advertido del daño que tanto ruido podía generar en la percepción que tiene la sociedad sobre su administración, incluso manteniendo reproches para algunos, el jefe de Estado se encargó de aclarar caso por caso que ninguno corría riesgo y que los cambios en la primera línea de Gobierno se terminaban con el desembarco de Guillermo Francos en la Jefatura de Gabinete y la incorporación de Federico Sturzenegger.

La situación del ex presidente del Banco Central es curiosa. Fue confirmado por Milei y hasta parte de su tropa ya frecuenta Casa Rosada, pero su nombramiento se posterga y empezaron a surgir versiones. Se habló de una resistencia del ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, algo que fue desechado desde el Gobierno, bajo el argumento de que «no se ocupará de temas económicos sino de la desregulación del Estado» que contempla la Ley Bases.

Quienes conocen de cerca la reestructuración del organigrama de Jefatura de Gabinete y el reparto de las áreas que antes tenía bajo su órbita Posse señalan que las demoras tienen que ver con ese punto. «El problema es que Javier lo quiere para desregular y modernizar el Estado pero él se quiere quedar con medio Gabinete«, expone un estrecho colaborador presidencial. Con todo, tendría a su cargo un área con rango ministerial. Una duda que se expande en Balcarce 50: ¿Se instalará en el despacho que le pertenecía a Posse, contiguo al del Presidente, y que Francos optó por no usar?

Javier Milei saluda a Vlodimir Zelenski en la Cumbre Global por la Paz de Ucrania, en Suiza. Foto: Captura de TVJavier Milei saluda a Vlodimir Zelenski en la Cumbre Global por la Paz de Ucrania, en Suiza. Foto: Captura de TV«Al menos por ahora no queremos más ruido, no tiene sentido que se genere la idea de que todas las semanas se puede ir alguien», explican en el entorno presidencial. Esto no quiere decir, se atajan rápido, que no haya retoques en segundas y terceras líneas. En especial porque todavía hay funcionarios que respondían a Posse que siguen «en revisión», como planteó el jefe de Estado, y porque en el Gobierno consideran necesario achicar ese 63 por ciento de políticos que aún persiste de la gestión anterior.

La que primero alertó -y no fue demasiado escuchada- sobre el tema fue la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, pero la crisis en Capital Humano y las sospechas de que las filtraciones surgían desde el interior del ministerio encendieron las alarmas y ahora la orden es «depurar las áreas más sensibles», según confió a Clarín un miembro del Gabinete.

Igual, la prioridad en el Gobierno es aprovechar el impulso de los datos positivos que cosechó la última semana. Con la aprobación de las leyes y el índice de 4,2 por ciento de inflación de mayo, no temen de decir que «lo peor ya pasó».

«Tenemos que aprovechar este envión y enfocarnos en seguir mejorando la gestión, en avanzar en los planes de lo que vinimos hacer en cada área y no caer en las trampas del kirchnerismo y la casta que está perdiendo privilegios y reacciona en defensa propia», considera un integrante del Gabinete.

Dentro de ese razonamiento se inscriben las internas, el fuego amigo sobre el que el Presidente tomó nota hace algunas semanas y advirtió que no admitiría “operaciones”. “Al que hace una, lo echo”, dijo. Y tiempo después dejó su lugar Posse. Pero las versiones sobre más cambios siguieron.

El punto de inflexión parece haber sido el caso de Pettovello, que esta semana apareció para garantizar que “no” va a renunciar y empezó a rearmar su equipo con más músculo político. La férrea defensa del mandatario sirvió para acallar las voces que propiciaban su salida y la del resto de los funcionarios. Según pudo saber Clarín, el Presidente ya sabe quiénes fueron. Pero postergó cualquier decisión para evitar ruido y les pidió a todos “acelerar” en la gestión. “Este es momento de avanzar. Lo de Posse lo supo mucho tiempo antes y lo echó cuando había que hacerlo”, explica alguien que interpreta como pocos al Presidente.

El próximo desafío del Gobierno es el Pacto de Mayo. La posibilidad de que se concrete el 9 de julio en Tucumán, como precisó Francos, es el escenario ideal para la Casa Rosada, pero sin la aprobación en Diputados todavía surgen interrogantes. Tampoco está claro si la convocatoria se realizará sólo para quienes apoyaron la Ley Bases, como rezaba el comunicado de la Oficina del Presidente. Al cabo, el Gobierno también resaltó el apoyo del gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, quien no se vio acompañado de votos en el Senado. “Queremos plantear diez políticas de Estado, que no queden en una foto, y que se puedan convertir en proyectos para enviar al Congreso”, explican en el Gobierno.

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